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En Alemania, cada ciudad, pueblo o comunidad tiene su propio mercado navideño (Weihnachtsmarkt)...para que tengan una idea más precisa, por mi experiencia les puedo decir que es el equivalente alemán de la típica feria de pueblo en México (bueno, sin concierto de Bobby Pulido, je je). Primero que nada cuenta con un gran número de puestos de comida...entre los más sobresalientes están los de las salchichas de medio metro y los de Glühwein (vino caliente con especias, muy útil para el frío, créanme)...además hay uno que otro juego
mecánico para los niños y puestos con chácharas, y lo más importante: es el punto de reunión de todos los habitantes del lugar durante estas épocas...
Los otros dos días de viaje estuvieron muy bien también...entre las muchas actividades estuvo el tour por la ciudad durante 4 horas (bueno, con 2 que 3 paradas por ahí en lo más importante, como el muro)...también el museo judío (mmm ahí si me lo pude haber ahorrado...estuvo bastante x y co
n eso que no soy fan de las cosas judías...)...el tour en barquito a lo largo del río que cruza una buena parte de la ciudad...el mercado de pulgas y un fabuloso buffette en una fábrica antigua, y claro, no podía faltar el antro del sábado por la noche...
En general, lo único que podría decir que no me gustó, fue el viaje de regreso, donde experimentamos un tráfico similar al de la entrada de cualquier carretera hacia la ciudad de México cuando los vacacionistas regresan después de un puente...solo que aquí no hay casetas, no eran vacaciones, no había accidentes, vendedores ambulantes, ni manifestaciones ni cualquier otra razón lógica (ja, al menos para mí, una ex-habitante de la Ciudad de la Esperanza)...sólo se hacían bolas solos...

, etc, etc, y el viajecito recreativo del fin de semana en Berlín, junto con otros 50 estudiantes extranjeros en un tour todo incluido (bueno, casi) organizado por Foyer Intl. subsidiado en un alto porcentaje por la universidad (más de 80% ¡¡oh sí!!)...
Todo comenzó el viernes, cuando me desperté justo a la hora en que tenía que salir el camión gracias a la llamada de Razmig, quien también se había quedado dormido...por suerte pudimos llamar a uno de los organizadores y logramos que nos esperaran...Contra mi naturaleza femenina, logré salir en menos de 10 minutos con mi mochila casi completa (como siempre, me di cuenta después de todo lo que se me había olvidado) y a toda velocidad me dirigí con Cleta hacia el lugar donde todos nos esperaban, obviamente no muy contentos (¡¡perdooooón, perdoooooón!!)...
Ese día visitamos el Pergamonmuseum (en la isla de los museos) y el Unterweltenmuseum... ambos muy interesantes, en especial el segundo porque no es un museo normal, es un paseo por pasajes subterráneos de Berlín donde uno puede ver restos de guerra y los refugios que se utilizaban en los tiempos de la guerra entre otras cosas (además de que el guía era muy chistoso y contaba anécdotas muy interesantes)...y claro, en la noche no podía faltar la debida convivencia en uno de los tantos bares de la ciudad...