Feliz Año Nuevo 2007

Por fin tengo un ratito para escribir...y bueno, antes que nada, les deseo (un poco atrasadamente) a todos ustedes lectores un muy buen año 2007, lleno de amor, salud, dinero, etc, etc, etc...ya no seguiré con las frases trilladas...pero a propósito de los dichos típicos, me llama mucho la atención que en Alemania, para estas fechas casi siempre se desea un "buen cambio de año" (Guten Rutsch ins 2007) y no un próspero o feliz año completo, ¿a ustedes no?

El cambio de año me tocó esta vez en Paris, y puedo decir que ha sido uno de los mejores (además muy romántico je je): una muy rica cena preparada por mí, con todo y velitas y vino (aportación de Pit)...después, ya por ahí de las 10:30, aprovechando que el metro era gratis toda la noche nos fuimos al centro, donde tuve que usar mi experiencia adquirida en conciertos masivos y en el Vive Latino para poder salir del metro entre una gran multitud aplastadora (con muchas mujeres gritonas...¡qué poco aguantan! eso sí, nada recomendable llevar niños) y lograr llegar a los Champes Elysées justo 5 minutos antes de las 12...hagan cuentas e imagínense cuanto nos tardamos en salir del metro, casi nos damos "el abrazo" en el túnel ja ja. Ya ahí, en medio de miles de personas, con vista hacia el arco del triunfo y fuegos artificiales, nos comimos nuestras 12 uvas que yo muy tradicional puse en una bolsita (aunque aquí ni se usa eso) porque sin ellas los propósitos no me saben igual, y eso de vencer a la topología tiene que cumplirse ja ja ja...para acompañar, no podían faltar tampoco un par de cervezas que guardamos en las bolsas de las chamarras, que casi sólo traíamos de adorno, porque ¡¡casi hacía calor!! ¡maldito calentamiento global!, le quita el sabor al invierno...

Para completar la experiencia, no podíamos dejar de ir a ver la torre Eiffel con su iluminación especial para esta fecha, además dimos una vuelta por la orilla del río Sena, donde uno podía ver como en aparador un sin número de barcos con fiestas (seguro de gente con mucho dinero, porque ¡qué caro es!) y ya para terminar, nos dimos a la tarea de encontrar una estación de metro abierta (porque claro, era gratis, pero no todas estaban funcionando), así que caminamos como media ciudad para poder llegar a dormir como a las 4 de la mañana, muertos de cansancio...pero no todo acabó ahí, todavía me tocó una linda llamada familiar por ahí de las 7 de la mañana que medio contesté entre sueños, porque entre la emoción y la felicidad se les olvidó hacer las cuentas de la diferencia de horarios (o no les importó mucho je je), pero se agradece mucho...

En fin, pronto les contaré más sobre mi viaje por Luxemburgo y Bélgica, pero si tienen curiosidad, ya pueden ver las fotos.